domingo, 15 de abril de 2012

EL TITANIC, PROFETIZADO 14 AÑOS ANTES?

Lord William James Pirrie

      En 1907, Lord William James Pirrie celebra una fiesta en su mansión londinense a la que está invitada gente de lo más notable. Después de la cena, Bruce Ismay, presidente de la naviera White Star Line, y James Pirrie mantienen una interesante charla centrada en los problemas de competencia que estaban provocando el Mauretania y el Lusitania de la compañía Cunard, debido a que eran los mejores barcos de la época. Tenemos que tener en cuenta que por aquel entonces era grande el tráfico de personas que partían de Europa hacia America y que por lo tanto la competencia era brutal. Finalmente propusieron la construcción de una nueva clase de barcos, compuestos por tres, el Olympic, el Titanic y el Gigantic (más tarde se cambiaría a Brittanic). Estos barcos serían insuperables por su gran poder, sus proporciones y sin duda su lujosidad.
        El 31 de Julio de 1908 se firma la carta contrato para la construcción, en los astilleros de Belfast, el Titanic, que tendrá 267 metros de largo, 28 de ancho y 30 metros de alto hasta el nivel del puente. El presupuesto sería de unas 500.000 Libras, cifra impresionante teniendo en cuenta que un operario del astillero ganaba 2 libras a la semana; El 31 de Mayo de 1908 se coloca la quilla Nº 401 en el astillero Harland & Wolff. Comienza la construcción del Titanic.
 
          El 10 de abril de 1912, el Titanic zarpaba de los muelles de Southampton con 2,227 pasajeros a bordo al poco de partir, un barco sin rumbo aparente estuvo a punto de colisionar con el Titanic.
       El capitán Edward Smith estaba eufórico. Sobre él había recaído el privilegio de realizar su última travesía comandando el buque más grandioso del planeta. Era el premio a sus veinticinco años de servicio en la White Star sin sufrir percance alguno.
      Este hombre además contaba con una tripulación de jóvenes y capacitados oficiales, entre los que destacaba William M. Murdoch, un eficiente marino de tan solo 27 años, al que el destino había reservado el papel de fatídico protagonista en la trágica historia.
      John George Phillips, el radiotelegrafista, hizo caso omiso de los avisos de otros barcos que navegaban por la zona y que advertían que a pocas millas había un gran iceberg que iba desprendiendo trozos de hielo algunos de los cuales se hallaba en la ruta que estaba siguiendo el Titanic.
      Poco antes de medianoche, fue vistoun iceberg que se dirigía irremisiblemente contra la proa de la nave y ya se encontraba a poco más de 500 metros. Era demasiado tarde. En el puente de mando, ante la ausencia del capitán Smith, el primer oficial Murdoch ordenó parar las máquinas e iniciar la maniobra de retroceso, una decisión sospechosamente descabellada para un barco de semejante tonelaje. El impacto no se hizo esperar y con un fuerte fragor de metal desgarrado, el iceberg abrió una brecha en el casco del Titanic, permitiendo la entrada de 450 toneladas de agua por minuto. Algo después, Murdoch, consciente de la tragedia que había desencadenado, se quitó la vida, descerrajándose un tiro en la sien.
     El constructor del barco, Thomas Andrews, avisó raudamente al capitán de la terrible situación; el daño era irreparable y el barco se iba a pique. El viejo lobo de mar, sorprendido y confuso, sólo pudo decir: "Pero si no puede hundirse, si es insumergible...".

        CURIOSIDADES:

    -Cuando el capitán Smith fue informado de la gravedad de la situación ordenó inmediatamente enviar el mensaje de socorro C.Q.D. Al no obtener respuesta alguna, el segundo telegrafista, Harold Bride, decidió poner en práctica la nueva señal S.O.S. (Save Our Souls, "salvad nuestras almas") Fue la primera vez que se empleó esta llamada de socorro, y también la última para el Titanic.

     -Llevados por un impulso irracional, varios pasajeros anularon su reserva pocos días antes de la partida; otros se negaron a embarcar en el último momento, pese a lo costoso de los pasajes.

     -El propio dueño de la naviera White Star, J. P. Morgan, que acostumbraba a viajar en todas y cada una de las travesías inaugurales de sus barcos, se negara rotundamente y sin razón aparente a embarcar. 

     -lord Gird, el máximo mandatario de la Harland & Wolff, empresa constructora de grandes buques de cuyos astilleros en Belfast había salido el Titanic. Al igual que Morgan, también se negó a partir en la mayor obra de su vida profesional, cuando usualmente solía hacerlo en los paquebotes que construía.

      -El matrimonio Wanderbrigth, por una necesidad imperiosa e inexplicable, diez minutos antes de que zarpara el Titanic decidieron no embarcar abandonando sus numerosos bultos en sus lujosos camarates, 

       Lo cierto es que el naufragio de ese mítico buque dejó tras de sí una larga lista de preguntas sin respuesta: ¿Por qué, pese a los siete avisos de extremo peligro recibidos por la cabina del radiotelégrafo, la velocidad del Titanic no descendió en ningún momento? ¿Cómo es posible que de un lugar de tan difícil acceso como la cruceta de vigilancia desaparecieran los prismáticos, indispensables para el vigía, hasta el punto de que al carecer de ellos no pudo detectar el supuesto iceberg a tiempo? ¿Por qué un marino tan experto como el primer oficial Murdoch decidió realizar una maniobra suicida, estos es, invertir la marcha de las hélices en un barco de singulares características? ¿Cómo pudo permanecer el Titanic por espacio de 25 kilómetros en posición avanti un tercio en sus tres telégrafos de señales, después de que el Capitán ordenara arriar los botes? ¿A qué se debieron las extrañas anulaciones y la navegación a embarcar de personajes importantes en los momentos previos a a la partida del barco? 

Morgan Robertson
El sueño de Morgan Robertson:

      Hubo una posible profecía sobre el hundimiento del Titanic que cuando se escribió nadie hizo mucho caso, pero que al suceder este terrible hecho en abril de 1912 hizo reflexionar a mucha gente. Morgan Robertson escribió catorce años antes del hundimiento del Titanic un libro inspirado en una pesadilla horrorosa que había tenido que trataba sobre un barco llamado Titán que chocaba contra un Iceberg y se hundía en el Océano Atlántico. Además, hay muchas más coincidencias que resultan muy intersantes.

   El barco que Robertson soñó era un gran trasatlántico de eslora muy similar a la del auténtico Titanic. Como él, tenía tres hélices y dos mástiles. Los dos zarparon del puerto de Souhampton y chocaron con un témpano de hielo en el mes de abril a cuatrocientas millas de la costa de Terranova. Los dos navegaban a toda máquina y equipaban el mínimo número de botes salvavidas exigido por la ley. Ambos, al fin, se hundieron y arrastraron en su descenso a más de mil personas. Pero lo más significativo fue, curiosamente, una pequeña diferencia. Robertson había bautizado a su buque insumergible con el nombre de Titán.
Sus seis cubiertas, los muebles de caoba, el lujoso reloj tallado que adornaba la gran escalera bajo la cúpula de cristal, su chimenea de mármol, la gran sala estilo Luis XV, y en fin, un sin fin de detalles más.

    ¿Cómo era posible que catorce años antes un novelista norteamericano poco conocido relatara con tal cantidad de datos y detalles reales el naufragio de un barco que por aquel entonces ni siquiera era un proyecto? 
     
      Aquí o dejo un video, disfrutadlo:


  








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